El rotavirus es, como su nombre indica, un tipo de virus y es el principal causante de la gastroenteritis. Los niños más pequeños y, en especial los bebés, tienen especial riesgo de contraer la infección por rotavirus. El mayor problema es que, al ser tan pequeños los bebés, la gastroenteritis puede provocar su deshidratación rápida.
Parece ser que los estudios han demostrado que todos los niños serán infectados por rotavirus antes de cumplir los 5 años, y los casos más graves se presentan entre los 6 y 24 meses.
Síntomas
Los más habituales: fiebre, vómitos, dolor de estómago y diarrea. Puede durar de 3 a 9 días. Si el niño se mostrara especialmente débil y cansado, con la boca seca, ojos hundidos y sin lágrima cuando llora, dedos de manos y pies fríos, podría estar deshidratándose.
¿Cómo se transmite?
El riesgo del rotavirus radica en su facilidad de transmisión. Los niños infectados eliminan el virus por las heces, por lo que es fácil que pase a las manos de los padres y, de éstas, a toallas, ropa de los niños, etc. Además, el rotavirus es muy resistente y puede sobrevivir durante semanas, incluso en el agua. Además, la mayoría de jabones y desinfectantes no consiguen eliminarlo.
En caso de infección, lo más recomendable es ir al pediatra para buscar un tratamiento y evitar que el niño se deshidrate. La adecuada hidratación del niño evitará una visita a los servicios de urgencia de un hospital e, incluso, su hospitalización.
Fuente: Asociación Española de Pediatría (www.aeped.es)
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