Cuando el óvulo es fecundado por el espermatozoide, el zigoto resultante viaja hacia el útero donde anidará fijándose en su mucosa. El embrión comienza a desarrollarse, aumenta de volumen y poco a poco se va alejando de la zona de nidación.
A la vez, alrededor del embrión se formará una cavidad denominada la bolsa de las aguas. Dicha cavidad rápidamente se llena de un líquido, denominado líquido amniótico, que recibe su nombre de la membrana que lo rodea (amnios).
Poco a poco la bolsa de las aguas va incrementando su tamaño hasta que, aproximadamente a la décima semana de embarazo la bolsa ocupa el útero por completo.
Funciones del líquido amniótico
El líquido amniótico tiene diversas y muy importantes funciones durante el embarazo:
- Mantiene la temperatura del feto constante: de esta manera, los cambios bruscos en la temperatura exterior no afectan al futuro bebé, que se encuentra a una temperatura homogénea durante todo el embarazo. En ciertas regiones con clima continental, las temperaturas son altas en verano y bajas en invierno. El feto apenas notará la diferencia entre ambos extremos.
- Incorpora algunos nutrientes: ya desde el cuarto mes de embarazo el feto tragará gran cantidad de líquido amniótico, familiarizándose con su sabor, y obteniendo de él algunos nutrientes.
- Permite el movimiento del feto: el futuro bebé puede moverse a sus anchas (con más dificultad en la última fase del embarazo) en este medio líquido en el que se desarrolla.
- Protección anti-golpes: cualquier golpe que pueda sufrir la tripa de la embarazada queda amortiguado, en parte, por el líquido que rellena la bolsa.
- Protección anti-microbiana: una función tremendamente importante para que los embarazos puedan desarrollarse con normalidad. El líquido amniótico protege al feto de microbios que puedan entrar desde la vagina de la madre, evitando infecciones y otras complicaciones.
Indicativo de la salud del feto
El líquido amniótico se renueva constantemente durante el embarazo. Además, el feto traga abundante cantidad de líquido y orina en él.
En el líquido, por tanto, pueden encontrarse multitud de indicadores del estado de salud del feto. La amniocentesis es una prueba que consiste, precisamente, en analizar una muestra del líquido amniótico. Con este estudio pueden determinarse el sexo del feto, anomalías cromosomales y genéticas, enfermedades congénitas (como la fibrosis quística, enfermedad de Tay-Sachs, etc.), grado de madurez pulmonar, evaluar el riesgo de espina bífida o síndrome de Down (según el nivel de la Alfa-feto-proteína) o infecciones intrauterinas.
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que bueno que estas notas de salud se pongan al servicio de los usuarios, ya que facilita la comprension en relacion a estos temas.