La RAE define placenta como el órgano intermediario durante la gestación entre la madre y el feto, que se adhiere a la superficie interior del útero y del que nace el cordón umbilical.
A veces conocida como la torta, por su forma, la placenta es el medio por el cual el feto satisface sus necesidades vitales: nutritivas, respiratorias y de eliminación de desechos. Es un órgano crucial para el buen desarrollo y mantenimiento del feto.
Formación y tamaño
La placenta comienza su constitución hacia la semana 4 del embarazo y finaliza en el cuarto mes. Sin embargo, está perfectamente delimitada en el mes 3. Finalizada su constitución, crecerá en paralelo con el desarrollo del útero.
Al finalizar el embarazo, el tamaño de la placenta será de unos 20cm de diámetro, por 3cm de grosor y un peso de entre 500 y 600 gr.
Los intercambios feto-placenta (ver funciones a continuación) no se establecerán del todo hasta principios del 4º mes. La placenta, por tanto, tiene dos caras: una procedente del embrión y otra procedente de la transformación de la mucosa del útero en el lugar donde se implantó el huevo.
Funciones de la placenta
La placenta tiene un papel protagonista en el embarazo, y se encargará de mantener con vida al feto. Estas son sus funciones:
- Filtro entre la madre y el feto: la placenta hace de filtro bidireccional entre la madre y el feto. De la madre al feto, la placenta se conecta con el torrente sanguíneo de la madre tomando oxígeno y nutrientes que proporcionar al feto. Del feto a la madre, la placenta se conecta con el torrente sanguíneo del futuro bebé y vierte sus desechos y CO2 en el torrente sanguíneo de la madre (que expulsará por riñones y pulmones, respectivamente).
- Producción de hormonas: éstas ayudarán en el inicio del parto y el nacimiento del bebé.
- Protección ante infecciones.
Una vez llegado el momento del parto, la placenta ya ha finalizado su función y se desecha.
Placenta previa
Uno de los problemas que pueden aparecer relacionados con la placenta se denomina placenta previa. Ocurre cuando ésta se inserta en la parte inferior del útero, cubriendo total o parcialmente la abertura del cuello uterino.
Cuando esto ocurre, se producirán complicaciones en el parto, pues la placenta interpuesta impide la salida del feto. Además, durante el parto el cuello uterino sufre contracciones y dilataciones. Los vasos sanguíneos que conectan la placenta con el útero podrían romperse y producir una hemorragia, pudiendo poner en peligro la vida de la madre y el bebé.
La placenta previa también es causa de partos prematuros.
carla dice
hola me llamo carla, tengo 14 años soy de entre rios.
en mi esc estamos dando estos tema y me re interesan bueno bye.
esta re buena esta pag
PapaEnApuros dice
Gracias a ti Carla por tu comentario.